En la historia de la India moderna, pocos nombres inspiran tanto como el del Dr. A.P.J. Abdul Kalam, el «hombre cohete de la India», científico, profesor y visionario que se convirtió en el querido presidente del pueblo. Nacido en la pequeña ciudad costera de Rameswaram, en Tamil Nadu, su vida fue un viaje extraordinario desde sus humildes comienzos hasta el cargo más alto del país, guiado por la disciplina, la fe y una creencia inquebrantable en el poder de los sueños.
Para los indios de todo el mundo, el Dr. Kalam sigue siendo un símbolo de lo que mejor nos define: resiliencia, curiosidad y compasión. Sus palabras —«Sueña, sueña, sueña. Los sueños se transforman en pensamientos y los pensamientos se traducen en acciones»— siguen resonando en las aulas, las oficinas y los corazones de todos los continentes. Creía que la educación era la herramienta más poderosa para el cambio, e instaba a las mentes jóvenes a buscar el conocimiento no solo para alcanzar el éxito, sino para servir a la humanidad.
Como científico, transformó las capacidades espaciales y de defensa de la India, desempeñando un papel fundamental en el desarrollo de los programas nucleares y de misiles del país. Como presidente, trascendió la política, conectando con la gente a través de la humildad y la esperanza. Sin embargo, más allá de todos los títulos, fue su humanidad lo que lo hizo extraordinario: su amor por los estudiantes, su fe en la juventud y su creencia de que la grandeza proviene de la sencillez y el servicio.
La vida del Dr. Kalam nos recuerda que todos los indios, ya sea en Delhi, Dubái o Dallas, llevan dentro el mismo potencial ilimitado para crecer, crear y contribuir. Su legado nos llama no solo a soñar en grande, sino a trabajar incansablemente, con integridad y corazón.
En cada indio que triunfa en el extranjero, en cada niño que se atreve a pensar de manera diferente, su espíritu sigue vivo, como una luz que guía a las generaciones venideras.
