En una notable transformación, el Parque Nacional del Valle de Kanger, en Chhattisgarh, antaño bastión de los insurgentes maoístas, ha sido incluido en la Lista Indicativa de Lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Es la primera vez que un lugar de Chhattisgarh obtiene tal reconocimiento.
Situado en el distrito de Bastar, este parque de 200 kilómetros cuadrados es famoso por sus exuberantes valles verdes, sus profundos barrancos y sus encantadoras cascadas, como la de Tirathgarh, de 150 pies de altura. El río Kanger, con sus aguas prístinas y sus singulares formaciones rocosas, aumenta el encanto del parque.
La rica biodiversidad del parque incluye más de 15 cuevas de piedra caliza como Kotamsar, Kailash y Dandak, que son maravillas geológicas con importancia arqueológica. Alberga especies raras como nutrias, ciervos ratón, ardillas gigantes y la tortuga de caparazón blando Lethis, además de lobos salvajes. Los aficionados a la ornitología pueden observar más de 200 especies de aves, y el parque presume de una flora diversa con más de 900 especies de plantas.
Históricamente, el valle de Kanger fue un punto caliente del Extremismo de Izquierda, testigo de algunos de los actos de violencia maoísta más mortíferos. Sin embargo, las intensas operaciones de seguridad han recuperado la zona, allanando el camino a iniciativas de conservación y turismo.
Se espera que la inclusión en la Lista Indicativa de la UNESCO impulse el turismo, proporcionando un reconocimiento mundial a la belleza natural y al patrimonio cultural del parque. Para las tribus indígenas que residen en el valle, el bosque es parte integrante de su cultura y sustento, y este reconocimiento subraya la importancia de preservar sus tierras ancestrales.
El Ministro Principal de Chhattisgarh, Vishnu Deo Sai, elogió los esfuerzos que han conducido a este logro, subrayando el compromiso del estado con la conservación de su rico patrimonio natural.
A medida que el Parque Nacional del Valle de Kanger entra en el centro de atención mundial, simboliza la resistencia de la naturaleza y las comunidades, transformándose de zona de conflicto a faro de importancia ecológica y cultural.